Descubrir tu Razón de Ser
Un extracto del “Tratado de Melquisedec” de Alain Houel
¡Un poco extenso, pero sé que lo van a disfrutar!
Melquisedec se presenta tan eterno como su sacerdocio. Ha estado en el mundo desde el principio del tiempo, y se quedará hasta el final. Es el primer peldaño en la escala que ascieden las almas iluminadas. Representa la Transición entre el Hombre y el Ángel. Su función como Rey de la Justicia, refleja el profundísimo significado esotérico de esta y el equilibrio que sostiene al Árbol de la Vida. Por eso se dice que aquellas personas asociadas a éste Maestro están próximas al cumplimiento de una misión importantísima que permitirá dar un vuelco positivo al mundo.
Para saber lo que has venido a hacer sobre la tierra, es preciso comenzar por formularse la pregunta.
Algunos pasan su vida de prisa, de prisa hacia delante, sin jamás preguntarse a dónde es que van. Sufren, sin saber por qué y, despiertan demasiado tarde ya, para vivir su verdadera vida.
Todo comienza por un sentimiento de insatisfacción con tu presente estado.
Pues, ¿por qué te tomarías la pena de desear cambiar, si eres feliz como estas?
Supongamos, no obstante, que no eres feliz y que no tienes la menor idea del sentido que le has dado a tu vida. Lo único que sabes, es que has perdido el horizonte; no sabes a dónde tú, vas. No eres feliz y quieres cambiar esto.
Sobretodo, no pidas a los otros que te den la dirección. No puedes evitar encontrar, tú mismo, tus propias respuestas, que están ya, inscritas en ti.
Si no logras entrar en contacto con el nido más profundo de tu mente, donde se encuentran las respuestas, pide ayuda a un partero de los sueños [Es alguien que sin concepciones ni intereses, interpreta los sueños, como un psicoanalista, sabio, maestro].
El partero de los sueños sabe cómo guiar tu indagación, pero él no te formulará respuestas.
Si lo hace, huye pues busca tomar posesión de tu ser.
El partero de los sueños te ayudará a reencontrar tu genio personal, es decir, eso sin lo cual no serías tú en este momento de tu vida.
Busca, alrededor de ti, un partero de los sueños y lo encontrarás.
Tu genio personal es como un gran árbol adormecido en su caparazón protector. Puede germinar desde de la primera primavera, a la sombra del gran árbol que lo ha engendrado.
Puede que calcinado por un fuego en el bosque, no germine más.
Puede que vuele hacia lo lejos, llevada por la corriente del aire, sin germinar, conservando intacta, durante años, toda su capacidad de dar una bella planta.
Un día llega donde encuentra condiciones favorables para su desarrollo. Da entonces un árbol que porta frutos y a su vez, engendra granos.
A veces se requiere, para ello, toda una vida, humana.
Cada niño es irrepetible y único porque es la combinación única de partículas llegadas por transformaciones sucesivas, durante miles de noches, en el espacio profundo.
Además, lo torna, también único, la combinación particular, personal de los deseos, de la tradición, del cómo ha interpretado su historia y las circunstancias de su vida, que lo rodean. Esta combinación no puede ser idéntica a ninguna otra en el Universo, aunque idéntico sea el mecanismo por el cual se hace.
Por tal hecho, hay en ti y en cada ser humano, algo único para aportar al mundo, sea que lo despierte o no, sin lo cual el mundo no sería lo que es, ni será lo que pudiera ser.
Las líneas de tu mano forman un dibujo que no pertenece sino a ti. De igual manera, tienes una tarea, que sólo tú puedes realizar, sobre la tierra.
Esta tarea se realiza incluso si no la conoces. Pero, cuando de ella devienes conciente, el sentido de tu vida, se te devela. Tu estado es entonces más acorde con tu tarea que, por ignorancia o confusión, en contra de ella.
No te sorprenda entonces que se haya buscado el sentido de la vida, en las líneas de la mano.
Pero es un método erróneo, no obstante, pues es esperar que alguien más, distinto de ti, te dé respuestas que sólo pueden provenir, de ti.
No creas que por tener el beneficio de una gracia particular, tu razón ha de ser esclarecida desde el primer día.
La primera respuesta que te vendrá a la mente, será sin duda, la buena respuesta. Anótala, consérvala preciosamente para releerla más tarde.
Es probable que debas esperar muchos años antes de reconocerte en ella.
Buscando tu razón de ser, encontrarás quizá, muchas respuestas. Explorarás diferentes vías. Conocerás la duda.
En todos los casos, guarda esperanza, más no ilusión. Un día, la respuesta vendrá a ti tan clara como la razón de ser del agua para la planta.
Más allá de tu razón de ser cósmica que compartes con el resto del género humano, tienes, como cada individuo, una razón de ser, personal, que torna, tu contribución al mundo, irremplazable.
Debes descubrir lo que hace que el mundo sea un poco más rico por el hecho de tu existencia.
Tu razón de ser no demanda ser revelada por una inspiración divina.
Ella, está ya, inscrita en ti: en lo que tu amas, en lo que te excita, en lo que sabes hacer, en lo que desearías hacer....
Aquello de lo que necesitas para reconocerla, es conocerte mejor a ti mismo.
Tu razón de ser te ha sido dada desde tu infancia, antes de que cayera sobre ti la bruma del olvido.
Recordarte de o que hubieras querido ser cuando estabas aún conectado al Alma del mundo, es una buena forma de encontrar el hijo que te conducirá a tu respuesta.
Otra buena forma de proceder es preguntarte cuáles son tus talentos particulares. Lo que logras mejor que los otros a tu alrededor o lo que sientes más placer en hacer. Lo que se podría llamar, tu genio personal.
Sea lo que sea, sábete que tu razón de estar sobre la tierra, está llena de gozo y placer. Si no, ¿por qué tomarte la pena de encontrarla?
El gozo con el hacer, es una pista segura que te conducirá a la tarea que es la tuya porque es tu contribución a la creación del mundo.
Pues la creación no está terminada. El universo es una co-creación en la cual tú tienes el rol de jugar, como creador responsable, siempre. Tu presencia y tu acto aportarán al mundo algo que no puede venir sino de ti.
Tu misión personal no es forzosamente algo que el mundo aplaudirá.
Puede que tu acto sea discreto y produzca efectos benéficos profundos alrededor de ti sin, incluso tú, darte, de ello, cuenta.
Puede ser que nunca sepas los efectos que has producido y sin embargo habrás cumplido.
Cualquiera sea tu razón de ser, lo que más importa es que, si le eres fiel, vivirás tu vida con plenitud y júbilo. Es el signo más preciso, y no la importancia aparente de lo que tú habrás cumplido.
Descubrir tu razón de ser sobre la tierra no es un proceso de reflexión lógica. Es un proceso en el cual debes empeñar toda tu voluntad y tu corazón.
Pues, solamente si tu empeñas, todo tu ser, en el descubrimiento de lo que eres, encontrarás tu tarea esencia.
Tu razón de ser podrá ser dicha en pocas palabras. Es una frase simple y poderosa que explica cuál es tu aporte esencial.
Puede ser que desees, a ella, agregar una declaración sobre aquello en lo que más crees. Como todo ser humano tienes tu propio sistema de valores. Es decir que hay cosas que pones en primer lugar y otras en segundo, y otras más en tercero y así sucesivamente.
Para ver claro en tu vida, y no vacilar mucho al momento de tomar decisiones frente a las elecciones difíciles, es preciso que precises tu escala de valores.
Puede ser que algunos de tus valores estén en conflicto los unos con los otros.
Y puede ser que algunas cosas a las cuales das mucha importancia sean, falsos valores.
Para poner en orden todo aquello, puedes hacerte ayudar por un partero de los sueños que es también un escucha del deseo.
Cuando tus acciones sean acordes con tu razón de ser, encontrarás que tu vida tiene un sentido. Te sentirás invadido de una energía fluida y gozosa y, si pierdes el sentido del tiempo, será un signo cierto de que estás en profundo acuerdo contigo mismo.
Porque, en ese momento, estarás conectado a una corriente de energía que te sobrepasa y te aproximarás a la conciencia de la eternidad.
Una vez conozcas tu misión sobre la tierra, tendrás la brújula que te permitirá saber si estás de acuerdo o no con ella.
En cada momento podrás decirte: "Lo que hago está en armonía con lo que esencialmente soy”; o, por el contrario: “estoy tratando de olvidar lo que soy y de ocultar mi genio personal”.
Una brújula sirve de punto de orientación, así como un reloj de tiempo cronológico da las horas, pero no dice hacia dónde debes ir.
Es preciso saber lo que quieres verdaderamente en la vida. Cuáles son tus sueños secretos, tus deseos, y los objetivos que podrás esperar al manifestar tus cualidades únicas.
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