El Árbol del Mundo
Los
Señores del Cambio acuden cuando estamos por cometer un error que
destruya nuestras vidas. Pide a lo Supremo que te envíe a estos seres,
para que te ayuden a dar un giro en tu existencia. Nunca se proclaman
maestros o iluminados; su ejemplo de alegría, humildad y servicio son su
más poderosas armas; será a través de éstas que lograrán llegar al
corazón de las personas, puede que sus palabras sean ignoradas, pero
nunca dejarán de ser escuchadas.
Ariel, Guardián de la Ciudad-Jardín del mismo nombre ubicado en el Éter Absoluto de nuestro planeta, actúa bajo esta premisa. Mi encuentro con su estrella se dio una vez rotos los espejos del ego. ¿Y quién o qué es Ariel? Está en la mirada analítica de cada animal, en el sonido de las hojas al viento... En fin, está integrado a la naturaleza y desde su jardín observa nuestras acciones, en pro de comprender el comportamiento humano y nuestra capacidad de mantener el equilibrio que requiere nuestro mundo para sostenerse en armonía.
Bajo el Árbol del Mundo espera ser llamado por ti, aun en el momento cumbre de tu dolor. Mientras tanto juega con las luces de Archas, qué cálidas son. A veces se echa con ALFA, y juegan armoniosamente.
En el Gran Silencio suele meditar, pues la carga debe llevarse en paz. Su Fragmento brilla cuando es necesario, y envía el Caos al lugar de la balanza donde debe estar. El Caos no es signo de maldad, sólo es un estado de existencia tan importante como el Orden.
A veces parece humano. Como sea, él es Cambio, y yo también.
Ariel, Guardián de la Ciudad-Jardín del mismo nombre ubicado en el Éter Absoluto de nuestro planeta, actúa bajo esta premisa. Mi encuentro con su estrella se dio una vez rotos los espejos del ego. ¿Y quién o qué es Ariel? Está en la mirada analítica de cada animal, en el sonido de las hojas al viento... En fin, está integrado a la naturaleza y desde su jardín observa nuestras acciones, en pro de comprender el comportamiento humano y nuestra capacidad de mantener el equilibrio que requiere nuestro mundo para sostenerse en armonía.
Bajo el Árbol del Mundo espera ser llamado por ti, aun en el momento cumbre de tu dolor. Mientras tanto juega con las luces de Archas, qué cálidas son. A veces se echa con ALFA, y juegan armoniosamente.
En el Gran Silencio suele meditar, pues la carga debe llevarse en paz. Su Fragmento brilla cuando es necesario, y envía el Caos al lugar de la balanza donde debe estar. El Caos no es signo de maldad, sólo es un estado de existencia tan importante como el Orden.
A veces parece humano. Como sea, él es Cambio, y yo también.
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