Ariel Vigilante
Yo Soy el Cambio.
Contempla mi Visión de las Siete Columnas. Puedes observar que no todas son iguales, unas superan a otras en belleza; algunas, aunque su apariencia pueda engañarte, son mucho más fuertes; hay otras más, que son nuevas y no se puede tener certeza de cómo soportarán la carga que llevan sobre ellas.
Esta Primera Columna está muy bien trabajada. Parece que nada podría derrumbarla. Sin embargo, si llegas a apoyarte mucho en ella, puede que se desplome, pues no está correctamente anclada a la Tierra, ni tiene la misma altura de los demás pilares, como para soportar correctamente su pesada carga. La vida ofrece muchos placeres, es impropio juzgar cuáles son buenos o malos, ya que sólo depende de la voluntad del que los experimenta, pero apoyarse sólo en ellos y no tomar en cuenta otros aspectos de la existencia, definitivamente podrían hacer venir todo abajo.
Esta Segunda Columna, hermosa, fortalecida, definitivamente imponente e incorruptible. Puedes apoyarte con total confianza, porque no caerá. Pero no poses tus pies en ella con demasiada confianza, porque te habiturarías a hacerlo y alterarías su belleza. El éxito, bien sea por lo tangible como la prosperidad o por lo intangible como el intelecto, es una fuente de felicidad y, por lo tanto, una via corta pero importante hacia la ascensión; sin embargo, la arrogancia alargaría esa via, un cambio que podría ser irreversible.
Esta Tercera Columna se ha derrumbado ya. Su tiempo de utilidad se ha terminado. Tienes dos posibilidades: entender qué causó su caída o simplemente retirar el escombro. A veces, se pueden encontrar situaciones que surgen como consecuencia de actos ajenos, pero que es inevitable sufrirlas; lo importante es no intentar reconstruir la situación, evitar cometer el error del otro, esto se logra o bien estudiando la causa o tomar las riendas y abrir el espacio para nuevos y mejores ciclos.
Una Cuarta Columna puedes ver, es mi favorita. Esta ha cambiado algunas veces, ha sido restaurada y mantenida en pie desde sus comienzos. Así conserva miles de historias, puede no ser tan bella como en el principio, pero sigue manteniendo su integridad porque nunca se ha descuidado. No descuides tu vida, haz un cambio de vez en cuando, conserva lo bueno de ella y lo malo sustitúyelo en cuanto tengas oportunidad. La vida es un cambio constante, ¡hasta el Padre Supremo se encuentra en constante cambio! ¿Lo sabías? ¿Por qué no tener más de un cambio a lo largo de tu vida sin perder tu esencia? Seis veces he utilizado la palabra "cambio", siete ahora, ¿pero ha perdido su integridad éste mensaje?
Esta Quinta Columna es... ¡Espera! ¡No te apoyes! ¡Aléjate! ¡La has tocado y se ha derrumbado justo en frente de nosotros! Vamos, acércate, ya pasó el peligro. No te angusties, no te frustres. Decidiste tocarla y como consecuencia de ello cayó. ¿Tiene que ser perfecta la vida? Imposible, los que caminan sobre la Tierra no siempre tendrán un buen día. No siempre tendrán éxito sus proyectos. Pero ello ha de servir no para lamentarse, sino para aprender, esta vez no de la experiencia de otros, sino de la suya. La vida se basa en decisiones, y algunas llevan al éxito, mientras que otras al fracaso. Y lo segundo es la mejor escuela para alcanzar lo primero.
Esta Sexta Columna es tan importante como las demás. Algunas veces la he visto en peligro de ceder, otras se ve tan fuerte e imponente como la Cuarta Columna. Cuando creas que está por derrumbarse, no dejes de apoyarte en ella, pues cuanto más débil, más debes ayudarla a mantenerse en pie. Hay quien dice que a Dios se le busca cuando más se le necesita. Celebro a quien dice eso, porque en las penas el Ser recuerda a su Fuente y se apoya en él, esa necesidad fortalece la fe. Si el orgullo o la vergüenza impide tomar un momento para llamar al Padre, sea para pedirle ayuda o en agradecimiento por el bien obtenido de Él, la fe se va a pique.
Esta Séptima Columna ha sido construida recientemente. Sería imposible determinar si es más o menos fuerte que las otras. El tiempo lo dirá. La vida es un constante desafío, un camino hacia lo desconocido. No hay que temer a lo nuevo, sólo basta dedicarle tiempo, cuidado, y saber hasta dónde se puede llegar.
Con paciencia, dedicación, amor y cuidado puedes construir y mantener en pie los pilares de tu via hacia la ascensión. Vigila cada detalle, lo más mínimo en tu vida puede ser importante durante la búsqueda de la felicidad y la iluminación. No descuides tus pilares.
Recuerda, Yo Soy El Cambio. Los amo a todos.
El Ojo Vigilante de Ariel se posó sobre nosotros el Domingo 10 de Octubre de 2010, a las 10:10 p.m.
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