De la Sombra al Mago Negro
Desde hace un tiempo había querido escribir algo sobre este tipo de personas que continuamente nos encontramos en la vida, que tienen tanto potencial a su disposición y sí que lo saben aprovechar, pero sólo para sí mismos. No hay nada que les haga ver más allá de su oscura y pesada burbuja de plomo. Esto no tiene nada que ver necesariamente con lo sobrenatural, es tan cotidiano como el hábito de tomar un café en la mañana y otro en la tarde.
Así es, para ser un mago negro no hace falta ser mago. Solo necesitas ser alguien talentos@ en un aspecto de tu existencia, y dejarte llevar por tus más bajos deseos y emociones. Cuando piensas "No confiaré siquiera en mi sombra", te lo dice precisamente tu misma Sombra, para que puedas seguirle
siendo indiferente.
Hemos revisado en artículos anteriores como esta parte de nuestro ser puede ser aprovechada para nuestro beneficio, siempre siguiendo nuestras órdenes. Podemos convertirla en un manso corderito al cual podemos utilizar y ordenar sabiamente en algunas situaciones, simplemente demostrándole a través de la acción quién es el que manda. Podemos amarla tanto como a nuestro aspecto más luminoso, porque a fin de cuentas ambas son piezas de uno mismo.
Pero el caso es que aunque la Sombra nos hace jueguitos pesados para que la odiemos, mucho más gusta del hecho de ser ignorada, para que con el
tiempo queramos negarla. Esta errada decisión le permite aislar su fracción de nuestra consciencia y corazón, haciéndose la sorda ante cualquier orden que le demos luego. Retractarnos de ésta decisión es posible, pero no es fácil. En todo caso, por hoy te daré algunas reglas para darle cabida, rápidamente, al Espíritu del Error sobre tus decisiones y acciones. Pero ten en cuenta que el karma algún día te cobrará y quizás sea tarde para lamentarte.
- ¿La fe mueve montañas? Las montañas no se mueven.... Déjate llevar siempre por el ego intelectual y nunca des un espacio a los asuntos del espíritu.
- Haz alarde de todo lo que posees, que no te importe ser envidiad@. La envidia alimentará tu arrogancia, lo cual te lleva al punto siguiente.
- La arrogancia es el arma de todo buen mago negro. Intenta tener muchos seguidores, rodéate de personas que te alaben continuamente, puesto que así tus armas se fortalecerán. La humildad te haría mostrar signos de vulnerabilidad frente a otros.
- No ayudes a nadie si a la acción realizada no le ves un alto beneficio. Quizás esto aplica si eres alguien con un don especial pero deseas obtener mucho dinero de el.
- Y si ayudas a alguien, asegúrate de cobrarle el favor en el momento menos indicado. También sirve echarle en cara lo que has hecho por esa persona si no accede a ayudarte.
- Guarda el conocimiento, estáncalo; de esta manera siempre tendrás (o creerás tener) el control sobre tu entorno.
- Desprecia a todos los seres que no tienen tus mismas capacidades. Lo mismo aplica para todo aquél que no piense o luzca igual que tú. Asegúrate de usar muy bien la arrogancia y/o la vanidad en estos casos.
- Considera como absoluta e irrefutable tu VERDAD, la de los demás no debería tener importancia.
- Nunca aceptes la crítica constructiva, mucho menos si viene de los seres que más quieres.
- Y con respecto a los seres que más quieres, deja de quererlos ya. Nadie más que tú debería importar. Deja de dedicarles tiempo de calidad y concéntrate en lo que verdaderamente te beneficia.
Si has hecho consciencia y tu actitud se identifica con alguna de las arriba descritas, este es el momento de cambiar y dar marcha atrás. Si aun así, decides seguir adelante, será un camino placentero al comienzo, pero doloroso al final. La caída será tremenda y no habrá remedio que valga.
En algún momento de mi vida, para poder lograr una conexión limpia con mi Ángel Solar, tuve que enfrentar a mi propia Sombra y demostrarle quién era el dueño del lugar. Ahora mismo estoy agradeciendo esta experiencia, porque formó parte de mi camino al despertar. Estoy reconciliándome últimamente con ella, pero ahora le hablo con amor, para que me pague igual. Tan sólo deseo que tú también lo hagas, porque si tú mism@ no sanas, no estarás preparad@ para sanar a los demás. No niegues al yo que representa tus fantasías y deseos básicos, pero tampoco le dejes tomar el control.
Yo también Soy el Cambio.
Arael Tórin.
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