10 dic 2012

"El Gran Día"

"El Gran Día"


Y entonces, el decimotercer Baktún está a punto de ser sucedido por otro. 

Recuerdos de tantas lecturas y conversaciones apocalípticas llegan a mi mente en vigilia, en ensueño, a cada rato las ideas de un mundo que se acaba son bombardeadas por libros, llamadas telefónicas, y la "nube", Internet.

Algunos escriben preguntando, ¿qué debemos hacer? Un día, una persona me dijo si ya había aprendido a preparar el conocido "zampa", pues debíamos estar preparados para lo que venía. Yo en  mi ignorancia pregunté: "¿Pero qué es el zampa?". Recibí una frase irónica como respuesta: "No puedo creer que tú, siendo un canalizador, no sepas qué es eso". Bueno, lo tomé de manera jocosa y poca importancia le dí al hecho de aprender a preparar una galleta que me costará comer si no cuento con suficiente agua.

En otra ocasión, una supuesta amiga (y supuesta practicante reiki) dijo que no debía siquiera ocuparme por comprar un vehículo, o pensar en comprar una casa luego. Es más, que para qué casarme, si todo ello representaba un conjunto de actos de vanidad. El mundo cambiaría el 21 de diciembre de 2012 y nada de eso nos iba a servir. ¿Dónde está la importancia del aquí y el ahora que tanto se nos exhorta a aprender?

Ariel guarda silencio ante estas cosas. No es su tarea dar mensajes apocalípticos, sino liberadores. Liberadores de egos, miedos, tristezas,  y emociones bajas. Esa es su tarea. Tanto él como Melquisedec hablan de una Gran Decisión, y de un punto de no-retorno al que nos acercamos, pero no dan fechas. Realmente no dan fechas, porque no nos interesan. 

Ellos piden un cambio, cada quien a su ritmo, que tengamos tiempo de evaluarnos y domar a nuestras propias sombras, para poder encontrar el camino a la felicidad sin sufrimiento, al Verdadero Destino. Nos piden estar atentos, no a lo que hay fuera. No a planetas gigantescos, cometas, asteroides, naves estelares o alineaciones planetarias. Nos alientan a prestar atención a lo que hay dentro de nosotros, y cómo ello afecta a nuestro propio hogar-mundo-nave.

Si me preguntan qué pasará ese día, diría: "será solsticio de verano, tendré que ir a cumplir mi jornada laboral diaria, posiblemente en la noche me reúna con algunos amigos a meditar, si no lo hice la noche anterior, tal vez vea a mi novia si llego temprano de mi trabajo".

¿Y cómo me he de preparar? Creo que he intentado lo mejor posible. He estado dejando de lado las causas de mi infelicidad, y me considero ahora mismo en paz. Así de simple. Ante esto Ariel sí no guarda silencio. Aplaude todas las decisiones que me conduzcan a una felicidad sin sufrimiento, me llena de valor y sabe comprender cuando me retiro dignamente de aquello que obstaculiza mi evolución. No he descuidado ninguno de mis ámbitos: físico, mental, emocional y espiritual. Hago lo que esté en mis manos por ayudar a quien lo requiera y gracias a ello, he conocido personas geniales. 

No todos los días se es parte del  fin de un calendario de 5125 años. Pero el tan esperado 21 de diciembre, aun siendo especial para todos, pasará como uno más. Dejemos de buscar señales fuera, comencemos más bien a mirar hacia dentro y preguntarnos, "¿Qué dejaremos atrás para ser finalmente libres?". Me pregunto qué pasará con esos grupos anarquistas y algunos supuestos canales a los que llamo "profetas del desastre", el día 22 de diciembre. Supongo que se les irá a caer la cara de vergüenza.... 

No podía irme a la cama sin escribir esto. Ya me conocen...

Yo tambien Soy el Cambio. 

Arael-Amn'Tórin

No hay comentarios.: